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Este microlibro es un resumen / crítica original basada en el libro:
Disponible para: Lectura online, lectura en nuestras apps para iPhone/Android y envío por PDF/EPUB/MOBI a Amazon Kindle.
ISBN: 9789877254969
Editorial: Debolsillo
Nadie quiere que los mercados se desplomen porque eso resulta devastador para la gente pobre y la que carece de educación financiera, sin embargo, nadie puede evitar que suceda.
Los colapsos se producen porque los gobiernos sostienen a los mercados, y suceden por razones que están fuera del control de cualquier persona. No obstante, tu respuesta ante el descalabro inminente y tu preparación para recibirlo, será lo que determine en mayor medida cómo será tu futuro financiero en los años venideros. Tú decides.
¿Te vas a preparar a través de la educación financiera que encontrarás en este libro? ¿Estarás listo para actuar de la manera adecuada y para beneficiarte de las próximas crisis económicas? Porque sólo quienes lo hagan estarán a salvo de sus efectos. ¡Vamos!
A la mayoría de la gente le han enseñado que debe trabajar duro, pagar impuestos, ahorrar dinero, comprar una casa, salir de deudas e invertir en la bolsa de valores. La gente de la clase media tiene problemas financieros porque les pide consejos a vendedores, no a gente rica.
Hay muchas razones por las que los ricos no trabajan por dinero; los impuestos son una de ellas. La gente que trabaja por dinero es la que paga los porcentajes más altos de impuestos.
La razón principal es porque, a partir de 1971, el dólar estadounidense dejó de ser dinero y se convirtió en una divisa por decreto, es decir, dinero sin valor, dinero que no está respaldado por nada excepto un decreto gubernamental.
En pocas palabras, el gobierno crea leyes y dice que un pedazo de papel es dinero, moneda de curso legal. Por ejemplo, la gente tiene que pagar sus impuestos en la divisa por decreto de un país, o sea que no puedes pagarlos con oro ni con pollos.
Los gobiernos suelen gastar más de lo que recolectan por concepto de impuestos. Hacen promesas que no siempre pueden cumplir, por eso imprimen divisas por decreto para pagar sus deudas, lo que hace que dicha divisa valga cada vez menos. Entonces tienes que trabajar más, y la vida se vuelve más cara.
Cuando el dólar estadounidense estaba respaldado por el oro, era difícil imprimir dinero, pero en cuanto se derogó el patrón oro, las imprentas empezaron a trabajar sin descanso y los ahorradores se convirtieron en perdedores.
Lo son porque pagan impuestos en ganancias por interés, y a menudo lo hacen con dinero por el que ya pagaron impuestos, proveniente de ingreso ganado. Además están perdiendo dinero porque el poder adquisitivo de sus ahorros disminuye debido al sistema bancario. (Tanto la expansión cuantitativa como la reserva bancaria fraccionaria son factores).
En 1976, una persona podía ahorrar dinero y volverse rica. Por ejemplo: un millón de dólares en ahorros × 15% de interés te daba 150.000 anuales. En ese momento, uno podía vivir muy bien con 150.000 dólares al año. Pero las cosas han cambiado.
La inflación existe porque los gobiernos continúan imprimiendo billetes. Añade este dato a la mezcla: en 30% del mundo, las tasas de interés están por debajo de 0.
Una de las razones por las que los ricos se están enriqueciendo es porque les encanta la deuda. Los ricos saben cómo usarla para generar más dinero. Las tasas bajas de interés dicen: “Por favor ven y pide dinero prestado. Lo tenemos en oferta”.
Hay cuatro razones principales para que exista la brecha entre ricos y pobres:
Hoy en día los ahorradores son perdedores. La bolsa de valores es la burbuja más grande que ha habido en la historia, y esos bonos que alguna vez fueron seguros, ahora son una bomba de tiempo. Si las tasas de interés comienzan a subir de nuevo, el mercado de bonos podría estallar.
Para cambiar tu situación económica se requieren cuatro cosas:
Los impuestos son una de las razones por las que hay desigualdad en la riqueza y el ingreso. Los ricos saben cómo hacer más dinero y pagar menos impuestos que los pobres y la clase media, y lo hacen de manera legal. Los ricos no siempre son más inteligentes, sólo prefieren dejar de ser ignorantes.
Todos sabemos que el mejor momento para ir de compras es cuando las cosas que quieres están en rebaja. Por desgracia, la mayoría de la gente compra artículos que la hacen más pobre, cosas como llamativos automóviles nuevos, ropa de moda y joyas.
Los ricos buscan rebajas que les permitan volverse más ricos. Esperan a que se produzcan los descalabros en la bolsa de valores para adquirir las mejores acciones a precios bajísimos. Se colocan en el lugar adecuado para adquirir bienes raíces que terminan siendo una ganga. Compran oro, plata y negocios por casi nada.
Los ricos no invierten a largo plazo, no diversifican ni compran un poquito de todo. Tampoco compran algo sólo porque alguien les recomienda hacerlo. Esto es lo que dice Warren Buffett respecto a la diversificación: “La diversificación es una protección contra la ignorancia. Si en verdad sabes lo que estás haciendo, no te sirve de gran cosa.”
Por desgracia, la diversificación no te protege en caso de una catástrofe como los tres colapsos de principios de siglo. Para convertirte en inversionista de verdad, tienes que aprender a ver lo que la gente, cegada por la indiferencia, no puede ver.
El mercado de bienes raíces se desplomó porque los banqueros que se hacían cargo de las hipotecas empezaron a prestarles dinero a prestatarios subprime, es decir, a gente que en muchos casos no tenía empleo y a la que se le motivó a comprar una casa que no podía pagar. Millones de propietarios de la clase media perdieron sus hogares porque empezaron a usar su propiedad como cajero automático.
Hoy en día, la deuda por concepto de préstamos estudiantiles es de más de 1.2 billones: mucho mayor que la deuda conjunta de tarjetas de crédito. Ésta es la fuente más importante de ingreso del gobierno de Estados Unidos. Asimismo, la deuda por préstamos estudiantiles empobrece a los jóvenes que no terminan la universidad, pero al gobierno lo enriquece.
Digamos que te dan una tarjeta nueva. En ella no hay dinero, lo único que te dan es crédito. Vas de compras y te llevas un par de zapatos nuevos que cuestan 100 dólares. Usas tu tarjeta y, como por arte de magia, se crean 100 dólares de “dinero”. Al mismo tiempo, también se crean 100 dólares por concepto de deuda. Esos 100 dólares fluyen hacia la economía y hacen feliz a la gente. El problema es que ahora tienes que trabajar para pagar esa deuda.
Una de las razones es que la economía crece cada vez que tú creas dinero al pedirlo prestado. En cuanto pagas la deuda, la economía se contrae. Si la deuda no hiciera esto, los ricos no emitirían tarjetas de crédito.
Los ricos no te dan una tarjeta de crédito porque les simpatices, lo hacen porque cada vez que la uses, ellos van a ganar dinero a través de los intereses. Y cuando sólo hagas el pago mínimo de tu estado de cuenta, van a ganar todavía más.
Como los bancos son los propietarios de las tarjetas, no quieren que la gente de los distintos países termine de pagar su deuda. Países como Grecia y el Protectorado estadounidense de Puerto Rico están enfrentando el incumplimiento, lo que significa que no pueden hacer los pagos de intereses “mínimos” de su deuda. Por esta razón los bancos les permiten a los países “reestructurar”. “Reestructurar” significa que el país refinancie su deuda, es decir, los bancos les van a prestar más dinero y eso les permitirá seguir pagando los intereses.
Para usar la deuda a tu favor, necesitas educación financiera. La deuda es una navaja de doble filo. Te puedes volver rico, pero después, si algo cambia, esa deuda te puede empobrecer, y muchísimo.
La educación financiera, como muchas otras cosas en la vida, es un proceso. Existen seis palabras fundamentales para el alfabetismo financiero:
Flujo y efectivo determinan si algo es ingreso, gasto, activo o pasivo. Por ejemplo, ingreso significa flujo de efectivo que entra. Gasto significa flujo de efectivo que sale. En el mundo real esto podría verse como una chequera: ingreso entra y gasto sale.
Los activos llevan dinero a tu bolsillo, trabajes o no. Los pasivos sacan dinero de tu bolsillo, incluso cuando su valor aumenta.
La dirección del flujo de efectivo o de dinero determina si algo es un activo o un pasivo y cualquier cosa puede ser un activo o un pasivo, todo lo define la dirección del flujo de efectivo. A la mayoría de la gente se le escapa el dinero entre los dedos porque insiste en que su casa o su auto es un activo.
Tienes que estudiar. El dinero es un lenguaje. Aprender a ser rico es muy parecido a aprender otro idioma: toma tiempo, práctica y dedicación. La gente pobre habla el mismo lenguaje. Los pobres hablan el lenguaje de la pobreza. Creen en las palabras de los desposeídos y las usan para comunicarse. Es común escucharlos decir: “No puedo darme ese lujo”, y “no puedo hacer eso”. Hasta que no cambien su manera de hablar, no cambiará su vida. Henry Ford dijo: “Si crees que puedes, puedes”.
Si crees que no puedes, no puedes. De cualquier manera tienes razón. La clase media habla el mismo lenguaje. Las palabras y términos preferidos de la clase media son: seguridad en el empleo, cheque de nómina constante y prestaciones. La gente perteneciente a esta clase evita las palabras riesgo y deuda. Creen que ahorrar dinero es inteligente. Bueno, de hecho lo fue, pero hasta 1971. Hasta que la clase media no cambie su manera de hablar, no cambiará su vida.
Las reglas fiscales son principalmente incentivos, lineamientos del gobierno para que seas su socio y hagas lo que él quiere y necesita. Por eso las distintas legislaciones fiscales del mundo favorecen a los empresarios y a los negocios grandes. La educación financiera real debe empezar con la deuda y los impuestos.
La educación financiera real no tiene por qué ser compleja. El tema del dinero empieza con el tipo de ingreso por el que cada persona trabaja. Existen tres:
Cada vez que le recomiendas o animas a una persona a “conseguir un empleo”, esa persona empieza a pensar como empleado y a trabajar para obtener ingreso ganado.
El ingreso de portafolio y el ingreso pasivo se gravan a tasas especiales y tienen ciertos estímulos fiscales. El gobierno prefiere este tipo de ingresos, y por eso ofrece incentivos a quienes trabajan por ellos. Cualquier otro tipo de ingreso es ganado u ordinario.
Los ricos trabajan para conseguir ingreso de portafolio e ingreso pasivo. Al ingreso de portafolio también se le llama ganancias de capital, que se producen cuando compras barato y vendes caro.
Por último, el ingreso pasivo. Es el dinero que fluye de un activo. Tu activo produce dinero. En el ámbito inmobiliario, al ingreso pasivo se le llama ingreso por rentas. Por ejemplo, si compras una propiedad para rentar por 100.000 dólares, y tu ingreso mensual neto por rentas es de 1.000 dólares, esos 1.000 dólares son el ingreso pasivo.
En la mayoría de los casos, los pobres y la gente de la clase media sólo reciben ingreso ganado u ordinario.
Las escuelas les enseñan a los estudiantes a trabajar por dinero. Ésta es la principal razón por la que la brecha entre los ricos, los pobres y la clase media no deja de crecer. Darle más dinero a la gente no sirve de nada. Tener más programas de subsidios sólo sirve para que los pobres y la clase media sean aún más pobres.
Los programas de subsidios se pagan con los impuestos, mismos impuestos que pagan los pobres y la clase media: la gente que trabaja por dinero. La carencia de educación financiera es lo que tiene a miles de millones de personas sumidas en una crisis financiera. Las escuelas les enseñan a los estudiantes a trabajar por ingreso ganado.
Estudia: muchas empresas ofrecen cursos de bienes raíces, entre ellas, The Rich Dad Company, que son los mejores cursos y programas. Es importante que tú decidas qué es lo mejor para ti.
Además, ten en cuenta que los libros son los mejores maestros del mundo, y la buena noticia es que no son costosos y son ilimitados.
En el microlibro basado en “El millonario de la puerta de al lado”, Thomas J. Stanley y William D. Danko nos invitan a conocer la respuesta a la pregunta que todos se han hecho alguna vez: “¿Por qué no soy tan rico como debería?”.
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Es un inversor, empresario y educador estadounidense, famoso por su serie “Padre rico”. Con esta recopilación de li... (Lea mas)
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